viernes, marzo 10, 2006

Tus lágrimas Eloísa, por la Justicia, otra vez pisoteada



Ayer vimos por la TV a Eloísa Ibarra llorando, indignada, decepcionada. Pero inmensamente digna, crecida, ejemplar! Nuevamente la Justicia brilló por su ausencia, y mediante argucias absolvieron, sin siquiera llegar a Juicio, al poderoso, al mentiroso, al macho, al protegido de los mafiosos del pacto.

Un día después de que compartimos con muchas otras mujeres la alegría del reconocimiento que le hiceron, desde la Revista Bolsa de Mujeres en el Día Internacional de la Mujer, como mujer periodista, valiente, corajuda: enfrentada al poder corrompido y corruptor que domina en todo el tinglado judicial; enfrentada a un magistrado vinculado a la "desaparición" de más de 600 mil dólares de las cuentas de la Corte Suprema de Justicia.

Eloísa nos dijo el 8 de Marzo que en todas las esferas donde nos toque realizar nuestro trabajo, se sepa que está una mujer, porque no se rinde ante los métodos que hoy imperan, porque no se doblega ante el chantaje, ni las amenazas, ni la represeión. Porque no tenemos miedo y porque queremos heredar otra Nicaragua a nuestros hijos!

Enjugamos tus lágrimas pequeña pero gigante Eloísa, para enorgullecernos de tu ejemplo y decirte que ese fallo no nos debe arrebatar el sueño ni la esperanza, ni la convicción de seguir luchando, con otras muchas mujeres que como vos, hemos decidido no dar tregua a la corrupción y al pacto que terminó de destruir la institucionalidad en Nicaragua. Ser tenaces como vos, para denunciar los robos, el tráfico de influencias, los negociados con los fallos, la doble moral, la mentira.

No cejar en nuestra lucha por el cambio, contra el poder, contra los que siguen mandado y están detrás de todos los fallos a favor de los narcotraficantes, de aquellos que ensucian los nombre sagrado de Sandino y Carlos Fonseca y hablan en nombre de los pobres para seguir engañando al pueblo, diciéndoles que se preocupan por él, cuando desde hace mucho, sólo les preocupan sus propios y mezquinos intereses.

No te avergüences de tus lágrimas Eloísa. Son lágrimas puras, como las que miles de mujeres derramamos con orgullo por tanta podredumbre moral, por tanta desvergüenza. Acumulamos fuerzas, acumulamos energías, las que sabemos desplegar las mujeres, junto a nuestros compañeros que también comparten tu indignación, para la rebelión, para la insubordinación, para el cambio.

Un gran abrazo.

Mónica Baltodano